05 octubre 2013

Flavio Estilicón

El Imperio Romano estuvo envuelto en una serie de guerras civiles durante el siglo III, luego llegó Diocleciano a poner orden, llegó Constantino con el cristianismo como religión oficial, y mientras avanzaba el siglo IV los hunos llegaron desde Asia y conquistaron a los pueblos germánicos o los hicieron huir. Al huir se chocaron con los romanos, claro está. Los germanos eran numéricamente muy inferiores a los romanos, pero en su cultura todo hombre estaba obligado a usar las armas, con lo que compensaban su menor número.

El padre de Estilicón era un guerrero de la tribu de los vándalos. Tras perder una guerra contra los godos muchos vándalos pasaron a terrirorio romano y se pusieron al servicio del emperador de turno, en este caso Valente, que moriría más tarde en la famosa batalla de Adrianópolis (año 378).

La madre de Estilicón era romana, y probablemente ambos eran de religión arriana, una forma de cristianismo que negaba la Trinidad, mayoritaria entre los germanos y bastante extendida entre los romanos de esa época. Los emperadores Constantino y Valente habían sido arrianos.

Flavio Estilicón nació en el año 359, y en el 385 (con 26 años) se le entrega el mando de un ejército. Antes de eso había entrado al servicio del emperador Teodosio, tras la muerte de Valente, y fue enviado a Persia como embajador para negociar la partición de Armenia (un estado tapón entre las dos superpotencias). A su regreso casó con Flavia Serena, sobrina adoptiva del emperador, que debía de tenerlo en alta estima para concederle tal honor.

Flavio Estilicón con su esposa y primogénito
Estilicón fue nombrado generalísimo, patricio, y jefe de las milicias. Tuvo tres hijos: Euquerio, María, y Termancia.

Teodosio, por otro lado, en el 380 declaró el credo del Concilio de Nicea (325) como la única religión oficial del Imperio, prohibiendo por tanto la herejía arriana y la antigua religión pagana. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que desapareciesen.

La muerte de Teodosio

Flavio Teodosio, sevillano, fue el último emperador en gobernar la totalidad del Imperio. A su muerte en el año 395 el Imperio se divide entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio.

Honorio, de 10 años de edad, gobernaría la parte occidental, con Estilicón como tutor. A los 13 o 14 años Honorio se casa con María, hija de Estilicón y de la misma edad.


Mientras tanto, la parte oriental del Imperio es gobernada por Arcadio, de 17 años, y su tutor Rufino. Este Rufino es un político astuto y católico fanático, enemistado con Estilicón, que años atrás había tratado de casar a una de sus hijas con Teodosio.

En el año 392, antes de morir Teodosio, Estilicón había luchado en la batalla del Río Frígido contra el usurpador Eugenio, un romano que defendía el paganismo. Las tropas leales a Teodosio se reforzaron con las de Alarico, rey de los visigodos.

Pues bien, Alarico en 395 rompe sus tratados con los romanos y lanza una incursión contra Tracia. Estilicón trata de detenerlo, pero Tracia está en la parte oriental del Imperio, por lo que Rufino presiona para que Estilicón se retire a Roma pero le ceda parte de sus tropas. En noviembre de 395 Rufino es asesinado por los soldados de Estilicón mientras pasa revista a las tropas, delante del emperador Arcadio. Su cabeza fue paseada por las calles de Constantinopla.

Guerras constantes

Estilicón pensaba que podía utilizar la amenaza de Alarico para unir al Imperio bajo su mando. Se sucedieron las batallas y los triunfos romanos, pero siempre dejaba escapar a Alarico. Su victoria más sonada la consiguió atacando el día de Pascua de 402, cuando Alarico fue tomado por sorpresa al pensar que no podía haber lucha en un día santo.

Estas guerras provocaron que tuviera que llamar a las legiones de Britania, que acabaron abandonando la isla para siempre. También dejaron la frontera del Rín lo bastante desprotegida para la invasión de alanos, suevos, y vándalos, que llegarían hasta Hispania.

En el 406 Estilicón vence a Radagaiso, un caudillo que había invadido Italia. Estilicón sitió a los invasores con trincheras, hasta que el hambre provocó su rendición. Radagaiso fue degollado y los supervivientes vendidos como esclavos. Se dice que el mercado de esclavos colapsó por la cantidad de material en venta.

Flavio Honorio Augusto

La caída

En el 407 fallece su hija María, la emperatriz de occidente, que debía contar 20 años de edad. A principios del año siguiente el emperador fue casado con la otra hija de Estilicón, Termancia.

En el 408, Estilicón, con 48 o 49 años, trata de hacer las paces con Alarico y llegan a un acuerdo económico. Roma pagará a los visigodos para que dejen de saquear sus tierras, un tipo de acuerdo bastante habitual entre romanos y bárbaros. Pero el Senado se opone al tratado. Los enemigos de Estilicón conspiran en su contra, y convencen a Honorio de que planea colocar a su hijo Euquerio como emperador. En mayo del 408 Arcadio había muerto en Constantinopla por causas desconocidas.

Honorio deja Roma y se refugia en Rávena. Estilicón le sigue, pero allí se le nombra enemigo público y huye para refugiarse en una iglesia. Los soldados no podían entrar en suelo sagrado para prenderlo, pero le hacen salir con engaño, y tan pronto cruza la puerta le retiran las insignias militares y lo decapitan. Era el 22 de agosto.

Euquerio huye a Roma, donde también es asesinado. El emperador repudia a Termancia y se la devuelve a su madre. Se desata una purga contra los hombres de confianza de Estilicón, y sus tropas desertan por decenas de miles y se pasan a las filas de Alarico. En septiembre de 408 los visigodos están a las puertas de Roma y Honorio sigue refugiado en Rávena, ciudad que se considera inexpugnable.

Flavia Serena, viuda de Estilicón, es acusada de conspirar con los visigodos y ejecutada. El asedio dura meses y algunos romanos recurren al canibalismo. Alarico consigue entrar en Roma en el 410, gracias a su astucia al infiltrar como esclavos a sus soldados más jóvenes, que luego abrieron una puerta desde dentro mientras su ejército simulaba retirar el asedio. Roma es saqueada durante seis días, causando un grave impacto psicológico en todo el mundo romano. Alarico muere poco después, lo que pudo hacer que en el 452 Atila no se atreviese a entrar en Roma por miedo a una maldición.

Honorio murió en el 423, de un edema pulmonar, a los 38 años. No tuvo descendencia. Rávena se convirtió en la capital de occidente desde entonces. Los visigodos se hicieron con el gobierno de Hispania. Pero eso es otra historia, y será contada en otra ocasión.

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