05 mayo 2013

La rama dorada (8)

Osiris, Tammuz, Adonis y Atis... Hemos hablado de Adonis-Tammuz y ahora hablaremos de Atis, que era en Frigia tan importante como Adonis en Siria. ¿Dónde cae Frigia? Más o menos por el centro de lo que ahora es Turquía y en aquella época se llamaba Asia Menor. Es famoso el gorrito frigio, que tiene una punta como el de los pitufos... Pero volvamos al asunto que nos ocupa.




Los antiguos ya habían notado las similitudes entre Adonis y Atis, de quien se contaba que había sido un pastor joven y hermoso, amado por Cibeles, la madre de los dioses, la gran diosa asiática de la fertilidad. La madre de Atis, Nana, una virgen, le concibió al poner una almendra o una granada en su regazo. Para los frigios el almendro era el padre de todas las cosas, el heraldo de la primavera, y Frazer especula con que todas las historias de madres vírgenes provienen de una época de ignorancia infantil en la que los humanos no habían descubierto la relación causa-efecto entre la cópula y el embarazo. Pero bueno, si esa época existió realmente entonces ¿Por qué destacar que la madre era virgen?

Tenemos dos relatos de la muerte de Atis, en uno de ellos lo mata un jabalí, y en el otro él mismo se corta los genitales bajo un pino y muere desangrado allí mismo.

Ambos relatos habrían sido inventados para explicar algunas costumbres de sus adoradores; no comer cerdo, y que los sacerdotes de Atis se castrasen a sí mismos antes de entrar al servicio de la diosa.

En el año 204 a. de C. los romanos adoptaron el culto a Cibeles, pues se interpretó una profecía de los libros sibilinos en el sentido de que Aníbal sería expulsado cuando la diosa llegara a Roma. La piedra negra que daba cuerpo a la diosa (como la piedra de Heliogábalo, de la que hablamos una vez: http://planeta-simio.blogspot.com.es/2009/11/falocracia.html) fue llevada al templo de la Victoria en la colina Palatina. Los romanos se familiarizaron con los emasculados sacerdotes de Atis, los Galli.

Sacerdote Galli, siglo II

Sigue una descripción de los ritos en honor a Cibeles y Atis. Se cortaba un árbol sagrado, un pino, el gran sacerdote se sangraba los brazos y presentaba su sangre como ofrenda, otros sacerdotes bailaban y se hacían cortes para salpicar el altar, y se supone que los novicios se castraban y lanzaban sus genitales contra la imagen de la diosa. En la mañana del 25 de marzo el dios resucitaba.

Otras diosas asistidas por eunucos fueron la Artemisa de Éfeso y la Astarté siria de Hierápolis. Algunos antiguos pensaban que se trataba de la misma diosa Cibeles con otros nombres. Sigue una descripción de ceremonia de iniciación bañándose en la sangre de un toro, y se completa con una serie de razones para considerar a Atis como un dios de la vegetación.

Sobre la representación humana de Atis en la persona del gran sacerdote Frazer cita la leyenda de Marsias, un sátiro que tocaba la flauta para Cibeles pero desafió a Apolo a un combate musical, y al perder fue atado a un pino y descuartizado. Su piel estaba expuesta en Celenae. Para Frazer el sacerdote había sido en un principio atado al pino y muerto, pero más tarde la ceremonia se suavizó y sólo derramaba su sangre bajo el árbol.

Frazer aprovecha para citar los sacrificios humanos a Odín, el dios de la horca, y los practicados por una tribu de Filipinas, que también usan un árbol para colgar a la víctima. En Grecia la diosa Artemisa también parece haber sido colgada en efigie en su bosque sagrado. Así que parece probable la conjetura de que en Frigia un hombre-dios pudo haber sido ahorcado, año tras año, en las ramas de un árbol sagrado.

Religiones orientales en Occidente

Los griegos no aceptaron los cultos cibelinos, quedándose con Adonis, pero los romanos y bárbaros occidentales fueron más del gusto de los éxtasis maniácos, las mutilaciones, la remisión de los pecados por la sangre y la promesa de una nueva vida. Frazer propone que los cultos orientales con énfasis en la salvación eterna del alma inculcaban el egoísmo, mientras que la religión clásica valoraba la subordinación del individuo a la comunidad y el bien público, de modo que ve en ellos parte de la culpa de la caída del Imperio Romano. Entre estas religiones orientales se incluye el cristianismo de forma implícita.

El santo y el monje, nos dice, sustituyeron al patriota y el héroe como ideales de virtud (de hecho la palabra "virtud" entre los romanos era sinónimo de virilidad y acabó significando otra cosa). Los hombres rehusaron defender su país y aun tener descendencia. Al preocuparse del Más Allá descuidaron mejorar el mundo real, y sólo el Renacimiento de la cultura clásica puso fin a esa Edad Oscura.

Sigue una comparación entre la religión de Mitra y el cristianismo, ahora explícitamente, señalando que los cristianos celebraron la Navidad el 6 de enero hasta que decidieron robar el día sagrado de Mitra y colocarla el 25 de diciembre. Sigue una comparativa entre la Pascua cristiana y las celebraciones de la muerte y resurrección de Atis.

Estatua de Cibeles en Madrid. Los hinchas del Real Madrid celebran aquí sus victorias, pero de momento no han llegado a cortarse los genitales y lanzarlos contra ella como hacían los romanos.

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