05 marzo 2013

Historia del fascismo (1)

¿Puede aparecer hoy en día en España un partido fascista con éxito? Para dilucidar esta cuestión vamos a hacer un repaso a la historia del fascismo, esa palabra que se utiliza como insulto y arma arrojadiza sin que la mayoría de gente sepa de dónde procede. Pero para ello hay que empezar por el principio, remontarse a los orígenes mismos del sistema político que disfrutamos hoy en día.

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. No nos remontaremos a la rebelión de Espartaco, ni a las bagaudas, ni a las numerosas insurrecciones medievales que no aparecen en los libros de Historia del instituto. Podemos empezar con la Revolución Francesa. Año 1789. A partir de ahí triunfa en Europa el parlamentarismo, que ya llevaba unos años en Inglaterra, y se hace la distinción entre "izquierda" y "derecha".

Comienza el siglo XIX y las nuevas democracias votan por "sufragio censitario". Es decir, no vota todo el mundo. Para empezar se excluye a las mujeres, y de entre los hombres sólo pueden votar los que estén censados. Para ser censado hay que cumplir unos requisitos, que varían según país y época, pero que suelen limitar el derecho a voto para los que tengan más posesiones o paguen unas tasas. Algunos partidos pedirán el "sufragio universal", esto es "un hombre, un voto", pero tardará en llegar. De este modo la diferencia de clases sociales queda clara, y sólo puede votar la burguesía.

Frente a estas "democracias burguesas" Marx define que toda forma de gobierno es una dictadura de una clase social sobre el resto, y ya que existe una dictadura de la burguesía propone una dictadura del proletariado. Lo que se refiere a un sistema en el que la mayoría de la población, la clase obrera, haga valer sus intereses por encima de los de la clase burguesa.

Las nuevas formas de capitalismo se extienden por toda Europa. Campesinos que pierden sus tierras acaban emigrando a las ciudades, hacinados en nuevas viviendas, sin educación ni más salida que trabajar en lo primero que les ofrezcan. Las nuevas fábricas emplean incluso niños, y los turnos de trabajo pueden ser de 15 horas. En 1847 la jornada de 10 horas para mujeres y niños es presentada como un progreso social, pero todavía se trabajaba los sábados. Por supuesto, los cambios se consiguen presionando a base de huelgas y acción sindical, no porque los burgueses se ablanden al ver la miseria de los obreros.

El marxismo proponía "socializar los medios de producción", esto es, que pasaran a manos de los obreros, que de ese modo serían dueños del producto de su trabajo. Eso llevaría a una sociedad sin clases, sin explotación, y en último término haría desaparecer el estado. El sufragio censitario excluía de la política a los partidos que quisieran hacer grandes cambios, como los marxistas. ¿Quienes quedaban entonces?

En el ala derecha estaban los conservadores. Su ideología era mantener el orden social tal y como estaba. Monarquía, nobleza, Iglesia, patria. Los más duros eran "reaccionarios" y querían volver a la monarquía absoluta del siglo XVIII. Con el tiempo apareció una versión más suave, la llamada "democracia cristiana" a finales del XIX, que sin oponerse al capitalismo aboga por algunas formas de estado social.

Por otro lado estaban los llamados "liberales", que querían ampliar el sufragio, y establecer jurados populares, pero eran igual de conservadores. El concepto actual de liberalismo económico no existía entonces y todos aceptaban la posibilidad de intervención del estado en la economía. Estado cuyos resortes ellos controlaban, por supuesto.

En el ala izquierda habían algunos partidos, pero en países como España era imposible que tuvieran representación debido al censo, el caciquismo, y el pucherazo. De hecho, ni siquiera los partidos de derechas que fueran republicanos o carlistas tenían posibilidades. Para encontrar partidos de izquierda debemos mirar a otras partes de Europa.

Y llegamos al final de la primera parte, sin acabar el siglo XIX ni tratar los temas de la clase media, el colonialismo y la socialdemocracia, que quedan para el siguiente artículo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_censitario
http://es.wikipedia.org/wiki/Jornada_de_ocho_horas

Apéndice sobre el censo electoral: En América el censo se siguió usando para, por ejemplo, excluir a los negros del derecho a voto en algunos estados de EEUU, hasta la década de 1960. Más recientemente, en Venezuela, Hugo Chávez consiguió incluir en el censo a grandes masas de población que hasta entonces habían estado totalmente excluídas de la vida política, ganándose su apoyo. Hasta entonces las elecciones habían sido un juego entre la burguesía, de espaldas a buena parte de los venezolanos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía lo de Venezuela, algún enlace extendiendo un poco más la explicación? Durante mi vida allí nunca supe que hubieran limitaciones en el censo electoral.

Doctor Zayus dijo...

No era una limitación hecha con la mala idea de exluir activamente, sino que parte de la población no estaba inscrita o no tenía documentos de identidad (el equivalente al DNI español).

http://www.venezuela.org.cn/noticias/galerias/siselectoral.pdf

Según este documento del gobierno actual se ha reducido la población en edad de votar no inscrita en el censo, del 20% en 1998 al 5% en 2012.

Es decir, que no se trataba de que los gobiernos anteriores hubieran establecido requisitos complicados para excluir votantes, sino que ni siquiera se habían preocupado de que hubiera gente no inscrita. Si no había mala intención en marginar, desde luego hubo desidia y desinterés hacia ellos.

Así pues, una quinta parte de la población en edad de votar en 1998 no estaba censada. Es de suponer que eran ignorados por los políticos, y que ahora reciben más atención por motivos electorales.

Quizás la frase sobre el juego burgués me ha quedado un poco radical. Desde luego, entre los votantes antes registrados no todos serían de la "burguesía", pero tampoco creo que hubieran burgueses entre los excluídos.