09 septiembre 2012

Jesús revolucionario (2)



En el artículo anterior vimos que en tiempos de Jesús los judíos lanzaban ataques guerrilleros constantes contra la ocupación romana, y que se proclamaron varios mesías de caracter militar. Parece extraño que de repente aparezca un mesías pacifista. Los seguidores de Jesús querían la revolución porque no habían comprendido su mensaje de paz, o eso dice la leyenda; durante tres años de predicación ninguno había entendido sus intenciones, y sólo despues de su muerte empezaron a comprender.

El secreto del Príncipe de la Paz

Marvin Harris postula que las verdaderas enseñanzas de Jesús no sean las que han llegado hasta nosotros, que estaba contra los romanos y en línea con los "bandidos" zelotes, y que fue despues de la caída de Jerusalén cuando sus seguidores suavizaron su mensaje como respuesta adaptativa a la victoria romana.

La primera prueba: Juan Bautista.

Vestido con pieles de animales y comiendo langostas y miel silvestre, Juan Bautista es un ejemplo de los hombres santos que Flavio Josefo describe como errantes por el desierto, incitando a campesinos y esclavos, y creando conflictos a los romanos y sus aliados judíos.

Juan bautizaba a los judíos que confesaban sus culpas y deseaban la penitencia. Jesús comenzó a predicar despues de ser bautizado. La carrera de Juan es como las descritas en el capítulo anterior: Cuando alcanza cierto número de seguidores es detenido y ejecutado. En los evangelios está ausente toda actividad política-militar del Bautista, y se nos dice que fue detenido por criticar el matrimonio entre el rey Herodes Antipas y Herodías, la mujer divorciada de un hermano de Herodes.

Sin embargo, leamos esto:

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

(Evangelio de Mateo, capítulo 3)

¿Estaba ciego Herodes ante la conexión entre los santones del desierto y los bandidos-zelotes? Tenemos un santón que predica que vendrá alguien que limpiará el país y quemará a los que no sean dignos. Tenemos un rey que duró 43 años en el puesto y era hijo de un tirano que había ejecutado a varios bandidos. Es bastante posible que la razón real de ejecutar a Juan fuese por miedo a la revuelta popular.

Qumran y los manuscritos del Mar Muerto.

En la región donde Juan bautizó a Jesús había una comuna religiosa dedicada, como Juan, a "limpiar el sendero en el desierto". Según los manuscritos la historia de los judíos se encaminaba a un armagedón que acabaría con el Imperio Romano. Lo sustituiría un nuevo imperio judío con capital en Jerusalén, gobernado por un mesías militar descendiente de David. Los judíos, "hijos de la luz", dirigidos por el "ungido de Israel", derrotarían a los romanos, "hijos de las tinieblas".

Los qumranitas enviaron misioneros como vanguardia del Ungido, que actuaban como sabemos que actuaba Juan Bautista. Es más lógico analizar las intenciones de Juan a luz de estos hechos que a los de una religión que todavía no había nacido.

Jesús comienza a predicar tras la muerte de Juan, entre el mismo tipo de gentes. Dos apóstoles habían sido seguidores de Juan. Herodes Antipas encontraba tan poca diferencia entre ellos que se supone dijo "Es Juan al que decapité; ha resucitado".

Jesús entra en Jerusalén montado en un asno, invocando el simbolismo militar-mesiánico del profeta Zacarías:

¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna. (Zacarías 9: 9)

Porque no es precisamente el pacifismo hippie lo que viene a continuación:

Yahveh Sebaot los escudará; y devorarán y pisotearán las piedras de la honda, beberán la sangre como vino, y se llenarán como copa de aspersiones, como los cuernos del altar. (Zacarías 9: 15)
(...)
serán como bravos que pisarán el barro de las calles en el combate; combatirán, porque Yahveh está con ellos, y serán confundidos los que montan caballos. (Zacarías 10: 5)

Los paganos tendrían la paz, pero la del Sacro Imperio Judío, tras ser derrotados. Por eso las multitudes recibieron a Jesús con alegría y gritaban "Bendito el que viene en nombre del Señor, bendito el reino que viene de nuestro padre David". (San Marcos 11: 1-10)

Supongo que hoy en día los cristianos no leen a Zacarías y no captan el significado de montar el asno. Bien, Jesús y los suyos aprovecharon la Pascua para camuflarse entre miles de peregrinos. Durante el día Jesús estaba rodeado de muchedumbres y por las noches dormía en casas de amigos ocultando su paradero salvo a su núcleo más íntimo. Al menos protagonizaron un asalto al patio del templo, narrado en los evangelios como "expulsión de los mercaderes usando un látigo". Los evangelios también indican que algunos discípulos llevaban espadas, y opusieron resistencia durante la detención de Jesús.

"Quien no tenga espada, venda su manto y compre una" (Lucas 22: 36)

"No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada. Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su casa." (Mateo 10: 34-36)


El Sumo Sacerdote Caifás acuerda con Judas apresar a Jesús. Puede que Judas pensara que Jesús no era lo bastante violento, puede que tratase de cumplir una profecía y actuase según órdenes de Jesús, pero no lo hizo por codicia. Treinta denarios no era una suma elevada. Tras la captura de Jesús los discípulos huyen y Pedro lo niega tres veces. El mesías tenía que ser un príncipe militar invencible y obrar prodigios... Y este se había dejado apresar.

Los evangelios parecen negar el trasfondo militar de Jesús, pero subyacen en ellos una serie de dichos y hechos acordes con la rebelión armada. Al igual que se ha malinterpretado la entrada a lomos de un asno, también el famoso dicho de "Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Como vimos en el artículo anterior, según Judas de Galilea todas las cosas en Judea pertenecían a Dios, y esa frase de Jesús significaba "no pagar". Pero los autores de los evangelios (posteriores a los apóstoles, en realidad) parecen no saber nada de Judas de Galilea y su rebelión.

Los romanos exhiben a Jesús derrotado ante las masas, y estas sólo pueden considerarlo un impostor. Pero será crucificado bajo la acusación de haberse proclamado Rey de los Judíos (el famoso letrero INRI). A su lado se crucifica a otros dos bandidos-zelotes. Los discípulos siguen evitando aparecer en escena, todavía no han pensado en un "salvador pacífico". Sólo cuando desaparece el cadáver de Jesús empiezan a tener visiones y a pensar que Jesús volvería si la gente se arrepiente de sus pecados. El Apocalipsis nos muestra el regreso de Jesús como un jinete guerrero con un manto manchado de sangre, que rige las naciones con vara de hierro. Se dice que no pasará una generación sin que regrese.

Al principio los cristianos se mantienen fieles al judaísmo, pero sucede la guerra de los años 66-73. Tras la victoria romana los cristianos extendidos por todo el imperio prefieren ser vistos como un culto pacífico, es necesario para sobrevivir. Además, aparece en escena Pablo de Tarso, un hombre que no había conocido a Jesús en vida pero dice que se le aparece en visiones. Es más, cuando empieza a predicar ni siquiera ha tenido contacto con los apóstoles. Al principio predica entra los judíos, pero luego empieza a hacer conversos entre los goyim sin exigirles que se circunciden primero, lo que le lleva a un conflicto con Pedro y Santiago.

Los evangelios presentan a un Jesús centrado en los judíos, que sólo a veces accede a curar a extranjeros. No parece que quiera crear una nueva religión y que se predique en todo el mundo. Pablo se convierte en el creador del cristianismo, introduce novedades como suspender la prohibición de comer cerdo, y consigue un volumen de conversos no-judíos que supera a los conversos conseguidos por los verdaderos apóstoles.

Los cristianos quieren convencer a los romanos de que su mesías es diferente de esos bandidos-zelotes que habían provocado la guerra, son pacifistas inofensivos sin ambiciones seculares, su reino no es de este mundo. La enseñanza de Jesús ya no es peligrosa para los romanos, a los que se absuelve de culpa en la ejecución de Jesús, y se carga toda la culpa en los judíos: Poncio Pilatos sólo era un espectador que se lavó las manos y no pudo hacer nada para impedir que los judíos lo matasen.

Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo veréis lo vosotros.
Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. (Mateo 27: 24-25)

Y así fue como pudo ocurrir que los evangelios aparenten ser pacifistas en su mayor parte, aunque persistan algunos elementos agresivos que no podían ocultarse en una época en la que todavía vivía gente que había sido testigo presencial de esos hechos y palabras.

Pero con el tiempo los cristianos se convertirán en una amenaza, llegarán las verdaderas persecuciones y los mártires, y el cristianismo dejará de ser pacifista y se convertirá en una religión popular entre los soldados hasta que llega el triunfo de Constantino... y de perseguidos se conviertan en perseguidores. Pero eso es una historia diferente.

Como conclusión: Esta teoría expuesta en el libro de Marvin Harris me parece mucho más creíble que las teorías de Zeitgeist sobre la no-existencia de Jesús.

Para leer el libro en Scribd (si no lo retiran): http://es.scribd.com/doc/28545748/Harris-Marvin-Los-Enigmas-de-La-Cultura

Para finalizar: Las frases del estilo "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti" no son originales de Jesús, y ya se habían pronunciado antes en el contexto judío por rabinos como Hillel (quien por otro lado ideó un sistema para prolongar las deudas en contra de las leyes religiosas antiguas, así que tan buena persona tampoco era).

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