18 mayo 2012

Nefilim 2

Lo siguiente está extraído del libro "Los mitos hebreos" de Robert Graves y Raphael Patai.



            La explicación de este mito, que ha constituido un obstáculo para los teólogos, puede ser la llegada a Palestina de pastores hebreos altos y bárbaros a comienzos del segundo milenio a. de C., y su adaptación, mediante el casamiento, a la civilización asiática. En este sentido "Hijos de El" significaría "los adoradores propietarios de ganado del dios-toro semita El"; "Hijas de Adán" significaría "mujeres de la tierra" (adama), las agricultoras cananeas adoradoras de la Diosa, notorias por sus orgías y su prostitución premarital. Si es así, este acontecimiento histórico se ha enredado con el mito ugarítico según el cual El sedujo a dos mujeres mortales y engendró con ellas hijos divinos, a saber Shahar ("Aurora") y Shalem ("Perfecto"). Shahar aparece como una divinidad alada en el Salmo CXXXIX. 9 ; y su hijo, según Isaías XIV. 12, era el ángel caído Helel. Uniones entre dioses y mortales, es decir entre reyes o reinas y plebeyos, se dan con frecuencia en los mitos del Mediterráneo y el Medio Oriente. Como el judaísmo posterior rechazó todos los dioses menos su propio Dios trascendental y como El nunca se casó ni juntó con mujer alguna, Rabbí Shimon ben Yohai, en Genesis Rabba, se sintió obligado a maldecir a todos los que leyeran "Hijos de Dios" en el sentido ugarítico. Evidentemente, esa interpretación seguía siendo corriente en el siglo II d. de C., y caducó solamente cuando los Bene Elohim fueron reinterpretados como "hijos de jueces". Elohim significaba tanto "Dios" como "juez", y la teoría era que cuando un magistrado debidamente designado juzga una causa, el espíritu de El lo posee: "Yo dije: Sois dioses" (Salmo LXXXII.6)

            Este mito es citado constantemente en los Apócrifos, el Nuevo Testamento, los Padres de la Iglesia y los midrasim. Josefo lo interpretó así:
            Muchos ángeles de Dios se unieron con mujeres y engendraron con ellas hijos que eran despóticos y desdeñaban todas las virtudes, tal era la confianza que tenían en su fuerza.

            La opinión de Josefo, de que los Hijos de Dios eran ángeles, sobrevivió durante varios siglos a pesar de la maldición de Shimon ben Yohai. En una fecha tan posterior como el siglo VIII d. de C., Rabbí Eliézer dice en un midrás: "Los ángeles que cayeron del Cielo vieron a las hijas de Caín paseándose y exhibiendo sus partes secretas, los ojos pintados con antimonio a la manera de las rameras; y, seducidos por ellas, las tomaron como esposas." Rabbí Joshua ben Qorha, literalista, estaba preocupado por un detalle técnico: "¿Es posible que los ángeles, que son fuego llameante, hayan realizado el acto sexual sin abrasar a sus desposadas internamente?" Decidió que "cuando esos ángeles cayeron del Cielo su fuerza y su estatura fueron reducidas a las de los mortales y su fuego se convirtió en carne."

            El derecho que alegaban ciertos "hijos de jueces" a tomar la virginidad de las novias de hombres pobres es, al parecer, el antiguo y muy conocido jus primae noctis que, como el droit de cuissage, ejercían todavía, según se cree, los señores feudales en Europa durante la Edad Media. Pero en una época en la que a los Hijos de Dios se los consideraba seres divinos esta fábula puede haberse referido a una costumbre que prevalecía en el Mediterráneo Oriental: la virginidad de una muchacha era violada ritualmente mediante la "equitación" de una estatua priápica. Una práctica análoga realizaban los acróbatas de circo bizantinos en una época tan posterior como la del reinado de Justiniano, y se alude a ella en las crónicas acerca del culto de las brujas en la Inglaterra medieval.

            Enoc ("Instructor") conquistó una inmensa reputación gracias al apocalíptico y en un tiempo canónico LIbro de Enoc, compilado en el siglo I a. de C. Es una elaboración extática de Génesis V.22: "Anduvo Enoc en la presencia de Dios, trescientos años despues de engendrar a Matusalén." Más tarde el mito hebreo lo convierte en el ángel registrador y consejero de Dios, y tambien en patrón de todos los niños que estudian la Torá. Metraton es una corrupción hebrea del griego metadromos, el que persigue con venganza, o de meta ton thronon, "más próximo al Trono Divino".
            Los anakim pueden haber sido colonos griegos de Micenas, pertenecientes a la confederación de los "Pueblos del Mar" que perturbó tanto a Egipto en el siglo IV a. de C. Los mitógrafos griegos hablaban de un gigante Anax ("rey"), hijo del Cielo y la Madre Tierra, que gobernaba en Anactoria (Mileto) en el Asia Menor. Según Apolodoro, el esqueleto desenterrado de Asterio ("estrellado"), sucesor de Anax, medía diez codos. Anakes, el plural de Anax, era un epíteto de los dioses griegos en general. Los comentaristas talmúdicos describen característicamente a los anakim como hombres de tres mil codos de altura.
            Los monumentos megalíticos que encontraron los hebreos a su llegada a Canaán habrán inspirado leyendas acerca de gigantes; como en Grecia, donde los monstruosos cíclopes devoradores de hombres, según los narradores que desconocían las rampas, las palancas y otros recursos de ingeniería micénicos, habían levantado sin ayuda alguna los grandes bloques de piedra que formaban las murallas de Tirinto, Micenas y otras ciudades antiguas.
            Los Nefilim ("los Caídos") tenían otros muchos nombres tribales, como Emim ("Terrores"), Repha'im ("Debilitadores"), Gibborim ("Héroes gigantes"), Zamzummin ("Realizadores"), Anakim ("Cuellilargos" o "Portadores de collares"), Awwim ("Devastadores" o "Serpientes")...

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