03 enero 2012

Shigenobu Fusako

La mujer más peligrosa del mundo durante una década
Aeropuerto de Tel Aviv, Israel, 1972. Tres japoneses vestidos de ejecutivo bajan de un avión que les trae desde París y se dirigen a recoger el equipaje. Los tres llevan fundas de violín como bolsos de mano, las abren y empiezan a montar unos subfusiles delante de toda la gente, tras lo cual abren fuego contra los pasajeros. Sobre la cantidad de muertos hay distintas versiones, pero parece que fueron más de veinte, y que uno de los japoneses sobrevivió al tiroteo con la policía israelí o bien a la explosión de las granadas que llevaban para inmolarse por la causa.

En los años 70 había más terrorismo que ahora. Hasta los japoneses y los hippies se dedicaban a ello. Shigenobu Fusako era la líder del Ejército Rojo Japonés. El grupo había nacido a partir de un grupo maoísta que acabó siendo desmantelado, y sólo conocemos la versión de la policía, que de ser cierta retrata algo parecido a una secta donde el líder, Tsuneo Mori, había asesinado a la mitad de sus integrantes por pequeñas discrepancias.


Fusako y sus seguidores, que no llegaron a ser más de 40, habían abandonado ese grupo y reaccionaron con estupor ante las noticias de la purga. Se establecieron en Oriente Medio y colaboraron con otros grupos comunistas para lograr una Revolución Mundial contra el imperialismo. Su actividad principal era el secuestro de aviones.

Su fama era tal que en los primeros momentos del 11-S se sospechaba que el Ejército Rojo Japonés había sido el responsable. También influyó el que el best-seller de Tom Clancy "Deuda de honor" incluyera una escena en la que un piloto japonés destruye el Capitolio usando un Boeing 747.


Sin embargo, en el 2000 Fusako había sido detenida en Osaka y anunció que el grupo estaba desmantelado. Al poco tiempo apareció su hija, Mei Shigenobu, cuya existencia había sido mantenida en secreto por temor a las represalias israelíes. Del padre de Mei sólo se sabe que era un miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Mei habla inglés y árabe, y actualmente trabaja como periodista para un canal de los Emiratos. Siempre ha apoyado a su madre y considera que no es justo juzgar sus acciones desde nuestra perspectiva actual; eran otros tiempos y otros valores.

Mei


Fusako fue sentenciada a 20 años de prisión y padece cáncer de colon. Se la juzgó por tres delitos, dos sobre falsificación de pasaporte de los que se declaró culpable, y uno de conspiración para tomar la embajada francesa en La Haya (1974), del que se declaró inocente y fue condenada aunque el juez admitió que no habían suficientes pruebas de su participación.

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